"Ventajas hay muchas, pero la que más destacamos es la flexibilidad dentro de este mundo encorsetado. Flexibilidad para los horarios, entrada, salida, flexibilidad para la comida, flexibilidad para sus peculiaridades y necesidades. La cercanía, el cariño, el entorno. Un entorno muy respetuoso, seguro y tranquilo. La implicación de un hogar. Siempre sentimos que se quedaba en casa de los "tíos", la llegada de Javier para y la rutina del pan para los pájaros, la presencia de los hijos, cómo eran parte importantes cada uno para ellos, siempre Itsaso como referente.
Con nuestro hijo mayor, fueron periodos más estables socialmente, sin pandemias, sin confinamientos ni cambios, todo lo dicho antes se aplica igualmente. Sin embargo con El pequeño, pleno confinamiento por medio, la vuelta a la normalidad fue enormemente facilitada, sin desatender a las medidas de seguridad y atendiendo a las necesidades de las familias.
Por supuesto un entorno reducido nos ha evitado muchos contagios, por no decir todos.
Toda la flexibilidad antes expuesta con un calendario similar al nuestro, ha hecho real la conciliación, con la tranquilidad de saber que tus hijos están en un ambiente respetuoso, reducido, en el que sus necesidades van a estar atendidas, y la estimulación que reciben es maravillosa, desde que son los más peques hasta ser los más mayores, pueden transitar esas etapas acompañados y viendo como el grupo evoluciona, como de ser los peques dan el cambio, y pasan a ser mayores, un grupo no estanco en edad considero enriquece su experiencia.
En definitiva, nos quedamos con la tranquilidad con la que cada día, durante los casi 5 años que hemos estado yendo a casa de Itsaso con nuestros dos hijos, ha sido un constante y una realidad. En todo momento hemos sentido la confianza en su trabajo, la cercanía con los niños y el entorno hogar en el que han pasado sus mañanas. ¡eskerrik!"
Arantza y Miguel